Estamos en alerta naranja y aunque no quiero que mi abuela me recoja el pelo, me doy cuenta que es muy desagradable sudar tanto. Ya me he acostumbrado a toparme con mis abuelos al despertar, en vez de con mis papis. Le doy una abrazo enorme a la abuela y le digo bajito, con una sonrisa: -"te quiero". Ella me devuelve la sonrisa triplicada.

Pero el plan de la abuela Paquita era otro.
La piscina de bolas...guauuuu!!! esto sí que mola!!! a pegar saltos como una loca y luego al castillo hinchable, a la barra de bomberos, a la...................ufffff!!!!! Acabé rendida , una cenita ligera, mi leche y a dormir!
Al día siguiente mis padres todavía no habían aparecido. Es verdad que hablaba con ellos todos los días y se mostraban muy cariñosos y simpáticos, pero no les pregunté que cuándo me iban a levantar el castigo y venir a por mi.
No pensaba que la abuela me pudiera sorprender de nuevo por cuarto día...pero lo hizo. Me dijo que tenía una sorpresa. Así que nos vestimos con nuestras mejores galas y nos fuimos andando hacia donde ella solo sabía.
Poco a poco, voy conociendo cosas de Fuengirola y al ir acercándonos a nuestro objetivo, ya intuía lo que teníamos entre manos: el Cine!!!!! la abuela me compró palomitas saladas, una botellita de agua y entramos dispuestas a reírnos con "Los pingüinos del Sr. Poper". Fue muy divertido estar en el cine con ella.
Esa noche no tuve más remedio que ponerme a pensar seriamente.
Vaya un castigo más divertido que me habían impuesto mis padres! si todos iban a ser así, quería muchos!. Aunque...igual no era un castigo. Igual, con un poco de suerte, me podía quedar aquí unos cuantos días mas. -"Mamiiiiiiiiii, me estoy portando fatal!!! "-
-"¿Me puedo quedar un poco mas, por favor?"-
Dedicado a todos los abuelos que,
con inmenso cariño, cuidan de nuestros pequeños.