Todo lo que tengo es mi presente

Todo lo que tengo es mi presente
Burbujitas

lunes, 3 de septiembre de 2012

Cada día, una sonrisa


La inocencia, la irresponsabilidad, la temeridad, la alegre curiosidad, el disfrute del minuto sin pensar en el después, así fueron nuestros veranos, supongo que iguales que el de ella.

Cómo recuperar esa alegre dejadez de nuestras vacaciones infantiles? pensará ella que su verano es maravilloso? lo recordará para siempre? 

Su sonrisa me dice que Sí.

De verdad quieres unas VACACIONES?

Pues mira, qué te voy a decir yo, ya sé que no es algo muy popular, pero....estoy deseando empezar con mi rutina diaria.

El mundo de las vacaciones es algo maravilloso, por lo que entrañan en sí mismo. Ya comenté en Facebook que, para mi, el mejor momento de todas las vacaciones, es el instante primero cuando cierro la puerta del despacho y sé que tengo todo un largo manojo de días por vivir, descubrir, descansar y celebrar.

Pero luego la realidad te pone en tu sitio y ¡cuesta tanto ponerse en marcha!

Seguramente el premio merezca la pena: esos largos días de verano tostados al sol de la playa, la piscina, montaña o cualquiera que sea tu opción, esas reuniones con amigos a los que hace tiempo no ves, esas comidas en las que tú no tienes que preparar nada, ni recoger, ni lavar, ese reflejo que te devuelve el espejo y no es mas que tu cara llena de una salud pasmosa, tostada al aire del salitre saleroso y aliñada con pescaíto frito y tintos de verano con limón.

Seguramente, Sí, merezca la pena.

Pero de inicio, tienes un montón de problemas que hace dos días no tenías:

- Qué hago con los niños durante más de dos meses y medio?
- Dios  mio! no me entra nada de la temporada pasada...dónde esconder en ese diminuto bikini las carnes que han estado todo el invierno resguardecidas bajo varias capas de cómodo abrigo?
- Playa? campo? con tus padres? con los mios? de hotel? de camping? nos vamos a Disney? podremos llegar a algún tipo de acuerdo?
- Si se decide el plan rápido...maletassssss!!! horror! medicinas, ropa de baño, ropa deportiva, algo de abrigo, juguetes, aseo, cámaras, para recargar, para sobrevivir, para lucir, para comer, para .....me canso solo de pensarlo.

Podría imaginarme un montón de escenas parecidas. Pero si, además, te topas con estos inconvenientes
universales que pueden hacer de las vacaciones la peor de las pesadillas, entonces, apaga y ....

1. No tengo un duro. Por más que hago cábalas, no me salen los números.
2. No me pongo mala en todo el invierno y tengo un trancazo de mil pares de...
3. Me quiero poner en forma, por aquello del bikini y me lesiono jugando al pádel. A dónde voy yo si no puedo ni plantar el pie??? cómo le digo a mi marido que se han acabado los largos y románticos paseos de arena fina que ha estado esperando durante el largo invierno? cómo entenderá que su plan de "mantenernos en forma durante las vacaciones" dando caminatas de 20 minutos por el campo, musiquita incluida, tendrá que guardarlo en el fondo del baúl de los sueños perdidos?

Vale, me he puesto pelín trágica pero, lo que quiero decir es que tenemos que valorar en su justa medida lo que supone nuestro devenir diario, nuestra rutina cotidiana, y no apoyarnos en la burbuja espaciotemporal que supone estos días maravillosos de vacaciones.



Estoooo, qué digo yo, queeeeeeee ¿cuándo tenemos el próximo puente?

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