Todo lo que tengo es mi presente

Todo lo que tengo es mi presente
Burbujitas

domingo, 30 de enero de 2011

Un océano por llenar


Ahora, justo cuando mi mundo había vuelto a su ser,
y mi alma podía disfrutar de un poco de paz,
que podía apreciar los colores de la aurora
sin sentir que la brisa marina quemaba mi cuerpo, mi rostro, mi corazón,
por no poder ir más allá de la gran roca de la playa,
ahora, que ya todo este rompecabezas empezaba a colocarse,
es ahora, cuando me tropiezo contigo,
y durante un solo instante, lo que dura una fracción de segundo,
me miras a los ojos y me susurras "te quiero".

Es ahora cuando mi mundo se paraliza.
Todo gira a mi alrededor con una fuerza inusitada pero yo me siento en suspenso,
como elevada, y me desligo de mi realidad.
Ya no hay mar, ni olas, ni brisa marina, ni sal, ni coral, ni la gran roca de la playa,
ya ni siquiera estoy yo.

Solo tus ojos, que se clavan en los mios y ese te quiero
que ocupa todo el espacio, ahora vacío, de mil océanos.

jueves, 20 de enero de 2011

RENACIDO

La bala, en la sien, me dejó deambulando entre tinieblas. No sabía, a ciencia cierta, cuánto tiempo estuve allí. La bala, perdida como yo, se alojó en el único y recóndito rincón libre de mi mente saturada. Fue como volver a nacer. Desnudo, otra vez. Sin nada y con todo.



Cuando salí del coma, era otra persona. Perdida, sí, pero libre.

Enviado el 20 de enero para Relatos en cadena - Concurso de microrrelatos en colaboración con la Cadena Ser - Escuela de Escritores
 www.escueladeescritores.com

Cosas nuevas

Cosas nuevas, nuevos grupos, viejos amigos, gente nueva. En Facebook. Funcionará?


Tengo mas de 40 y vivo en TresCan ...¿y qué?



tengomasde40@groups.facebook.com

miércoles, 19 de enero de 2011

Recordando para una eternidad

El otro día, uno de esos en las que la mañana me sorprendió restándome horas de sueño y regalándome un poquitín de insomnio, me coloqué frente a la tele y, aprovechando que era sábado y la nena dormía (rezaba para que lo hiciera un par de horitas mas), me dispuse a buscar algo que mereciera la pena en el panorama televisivo.

No debía yo tener muy ánimo ese día puesto que me enganché a una peli japonesa  (o china, no estoy muy segura) con título extraño, parecido a "After dead" y que trataba sobre un puñado de difuntos que, bajo la supervisión de otros de su misma naturaleza y que actuaban como maestros de ceremonias, debían elegir en unos pocos días, el recuerdo de su vida que les acompañaría para toda la eternidad, dejando atrás cualquier otro recuerdo.

No sé porqué me dejé llevar, ni como aguanté las casi tres horas de película. Curiosidad, supongo. Era una de esas, de realización de bajo coste (nunca había visto antes alguna de ese tipo, al menos, ninguna que no fuera norteamericana o española) donde el presupuesto para vestuario, maquillaje, efectos especiales, decorados, o exteriores, brillaban por su ausencia.

Aun así, me tuvo enganchada hasta el mismísimo final. Supongo que me identifiqué con algún personaje e inconscientemente, empecé a elegir el recuerdo que podría acompañarme para toda la eternidad.

Oiga, que no es nada fácil. Cómo elegir, si tienes tantos buenos, o por el contrario, cómo hacerlo si odias tu vida y no te gustaría que  nada de lo que te ha rodeado en tu dimensión terrenal se te pegara hasta el fin de tus días.

Mi caso se parecía mas al primero. Me costaba decidirme por un recuerdo, teniendo que abandonar otros. 


Lucía a los 11 meses, mas o menos
Qué se supone que llena mas? los brazos cálidos y protectores de tu madre por la noche, cuando de cría, me moría de miedo en la oscuridad de mi habitación? es más importante, quizás,  que el instante en el que ves y sientes a tu hija, por vez primera? o que, por ejemplo, el momento en el que miras a la persona que amas a los ojos y te sientes completamente correspondida?

En esos vaivenes de la mente, fluctuaba yo, cuando la nena gritó con todas sus fuerzas: -"Mamaaaaaaaaaaaaaaaaaa"- y pensé, "es Lucía que se despierta, y me reclama"-. Y como siempre que eso ocurre, salté como un resorte del sofá.
Fue entonoces cuando decidí que, lo que me gustaría recordar para la eternidad, sería su carita sonriente y sus ojillos expresivos y llenos de amor, que me dan la bienvenida cuando me ve aparecer en la penumbra de su habitación.

viernes, 7 de enero de 2011

5 de Enero, 2011

Suena el despertador. Me despierto sobresaltada. Javier se levanta. Me habla. Le pregunto sinsentido. Se marcha. Me levanto a cerrar el grifo que gotea. Me duermo. Suena el despertador. A levantarse de nuevo. Me ducho. Me visto. Recojo un poco.
Me voy a la estación. Subo al tren. Me encuentro a Juan. Hablamos. Me bajo en mi parada. Entro en la oficina. Trabajo un poco. Veo mi correo. Miro el facebook. Hablo con mi madre. Ya son las dos.

Salgo corriendo, Javier me espera. Llegamos a casa de mi hermano, recogemos un regalo. Vamos a por Lucía. La tenemos, por fin!.Volvemos a casa. Casi es la hora. Nos vamos a la cabalgata. Coincidimos con amigos y vecinos. Gritamos. Nos mojamos. Atrapamos caramelos. Hacemos algo de compra. Llego a casa agotada. Baño a Lucía. Le doy la cena. Mal ceno. Le acompaño a la cama. Me duermo con ella. Me levanto a las tantas. Coloco los regalos y las copas para los Reyes. Vuelvo a la cama.

                                Todo listo para Lucía.