La bala, en la sien, me dejó deambulando entre tinieblas. No sabía, a ciencia cierta, cuánto tiempo estuve allí. La bala, perdida como yo, se alojó en el único y recóndito rincón libre de mi mente saturada. Fue como volver a nacer. Desnudo, otra vez. Sin nada y con todo.
Cuando salí del coma, era otra persona. Perdida, sí, pero libre.
Enviado el 20 de enero para Relatos en cadena - Concurso de microrrelatos en colaboración con la Cadena Ser - Escuela de Escritores
www.escueladeescritores.com
En este caso, por lo que leo, la bala fue bienvenida.
ResponderEliminarSaludos
Hola Miguel! bienvenido. Creo que no te conozco aunque he cotilleado tu blog. Un honor tener alguien con tanto talento por aquí. Saludos!
ResponderEliminarUna bala de vez en cuando no estaría mal.
ResponderEliminar¿que pasó con el relato Mon?
Hola, pues no sé nada, hay relato ganador casi todas las semanas, éste compite para la que viene, a ver si hay suerte!!
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