Todo lo que tengo es mi presente

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Burbujitas

jueves, 24 de febrero de 2011

Carta a Lucía

Trasteando ayer por internet, pinché en un enlace, de un enlace, de otro enlace, vamos, que no recuerdo de dónde partí, en el que se me instigaba a escribir unas palabras a mi retoño, explorando sentimientos, recordando el momento cuando decidimos tenerla o cuando nos enteramos del embarazo, etc... para colmo, anunciaban un premio al  ganador del escrito emotivo... y claro..., ahí fui yo, de cabeza, que con 2 de pipas me animo y, sobre todo, si el tema es Lucía.

Mi querida Lucía:



Ya sé que eres muy pequeña. Tanto como un garbancito. Pero te siento tan grande y tan poderosa que iluminas con tu luz toda la oscuridad que antes albergaba mi corazón.


Llegaste de improviso. No te esperábamos. Después de tantos años, tantos esfuerzos, tantas ilusiones tiradas a la papelera en forma de arrugados informes: "estéril, estéril", gritaban.


Estoy segura que no eres de este mundo, eres un pedacito de estrella que, despistadamente, salió de aventuras más allá de la Vía Láctea y que, por suerte para mi, se coló en nuestras vidas.


Cómo pensar que ya estabas instalada cuando yo, al principio, no te reconocí? ese mes hice más deporte que nunca, bebí más que nunca, incluso, siguiendo el manual de salud responsable de una mujer de casi 40 años, me realicé mi primera mamografía.


A la primera falta evidente, y al cabo de unos días, me planteé la posibilidad de una prueba pero... ¿para qué? sería algún trastorno provocado por la edad, el estrés, mil causas desconocidas...


Juanjo, mi ginecólogo y amigo, me recomendó esperar unos días y fielmente, cumplí sus instrucciones. Pero allí estabas, en forma de mancha color rosa. Tú querías hacerte ver pero nosotros, escarmentados por tantos fracasos, no te veíamos y preferimos creer en un falso positivo que nos arrastró otro par de semanas más en el vaivén del desconocimiento.


De nuevo, tú, más fuerte que nunca, querías anunciarte, pero la voz de los profesionales auguraban una menopausia precoz. Esperamos sin fe, otro par de semanas más. Eras tan buena que ni una sola molestia me causabas.


Después de casi dos meses y necesitando una confirmación real de lo que ocurría, nos encaminamos hacia el hospital: una eco rápida y, si no era concluyente, un análisis de sangre.


- Qué pasa Juanjo, ves algo?


Y claro que vio. A ti, mi amor. Perfectamente instalada. Finalmente, no era una cuarentona premenopáusica sino una futura mamá añosa y primeriza.


Bienvenida, Lucía, mi estrella.

2 comentarios:

  1. Enorme Montse y lleno de sentimiento ;-) como todo lo que haces...desde luego tienes razón, Lucia es como un pedazito de estrella caída de la via láctea.

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  2. Gracias amigo, por tus palabras (eres un exagerao, y un amor!!!) pero me hace mucha ilu que te pases por el blog. Bienvenido. Es tu casa. Muchos besos...ah!!! y si no te viera....pasadlo muy bien en el viaje, que te lo mereces. Muakssss!!!!

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