Siempre vuelvo a Fuengirola. Qué tendrá esa isla de mi juventud que me rejuvenece, me hace recordar tiempos más ligeros, en los que mi única preocupación era bajar a la playa y colocarme en el lugar estratégico para visualizar el chico de mis sueños.
Ahora, Lucía, absorbe su energía. Respira de su mar y come de sus frutos. Se deja engordar a base de caricias y rumores de olas.

La peke no se cortó y también lo celebró.

Qué alegría poder seguir celebrando cosas en familia, cualquier excusa es buena. Aunque a veces nos enfademos, aunque a veces haya una voz más alta que otra, aunque desentone alguna nota, al final, la melodía resulta y todo sale bien porque la buena voluntad se nota.
Se siente.
¡¡Muchas Felicidades!! aunque atrasadas, celebrar en familia siempre es una alegría y más en la playita, qué envidia!!. Por cierto, que sepas, que los cuarentañeros estamos de moda, jajaja.
ResponderEliminarMe gusta este cambio de look, se nota esa serenidad que da el cumplir años ;-D
Un besote que como dice mi prima cuarentañera más veterana las orejas ya no están pa' tanto tirón.
Muchas graciassss! los "más" de cuarenta no los llevo mal, a mi no me pesan los años, me pesan los kilos, jajajajaja!
ResponderEliminarLos cuarentones estamos bien,hombre...se supone que somos más sabios, más maduros, más tranquilos, aunque la lorza esté más viva que nunca!
Muchos besos y siempre es un placer verte por aquí.