Desde luego que mi vida ha cambiado. Y mucho. No solo desde que está Lucía. También desde que nos mudamos a Tres Cantos, va a hacer en septiembre, 11 años.
El verano se convierte en el corrillo vecinal, en las tardes de piscina, baños de sol, pipas, cerveza y panchitos, gritos de niños, balonazos perdidos, ayssss que se ha caido al agua sin manguitos!!!Ese mus torero que los chicos juegan con energía dando voces de alegría o enfado, cuando el envite les sale mal.
El padelito de las 20.30 que ya no pica el sol y que todos los vecinos tendemos a comentar, criticar, reirnos del que abajo, se esfuerza por hacer padel de foto, ganar y luchar contra los elementos que, la mayoría de las veces, suele ser un suelo recalentado por el sol ardiente de todo el día y que va cociendo y desgastando las ganas de este padelista comunero de piscina.
Y las charlas de después, postpadel, que, con botellita de agua en mano o cervecita con aceitunas los más afortunados, alargamos la tarde hasta que ya el baño o la cena de los pequeñajos, hace imposible el placer de continuar sentados en el banco del parque que el vocal de zonas comunes nos ha puesto nuevos este año.En fin, tardes de verano comuneras, que siempre, estoy completamente segura, recordaremos como "aquellos buenos tiempos".
Que bien suena!! sobre todo lo de las cervecitas, si que le haces buena publicidad a Tres Cantos, jajaja
ResponderEliminarJajajaja, la verdad es que somos muy proTresCantos...pero es que aquí se vive muy bien, de verdad!
ResponderEliminarBesos!